Sabía que lo tenía dentro. Que devoraba sus entrañas poco a poco. Llevaba el parásito en su interior desde hacía mucho tiempo pero no había hecho nada para extirparlo. "Ahora ya es tarde" se decía. Y su otro yo le contestaba "¨Tú le dejaste crecer, no tienes excusa. Y ahora hueles a sudor, a podredumbre estás corrupta en todo tu ser..."
"Ya no hay solución" se volvía a contestar.
Se odiaba a sí misma. La derrota no está en perder la batalla si no en no atreverse a participar en ella sabiendo que es una trampa. No peca menos el que no muerde la manzana. Porque el gusano, el parásito, está dentro. No es la manzana. Eres tú. Es él. Es ella.
Y aunque creas que todo está perdido lucha hasta el final.
Otra imagen de la que desconozco al autor
Hola Emma, caminando llegué hasta tus letras, son fuertes, desgarradoras y sinceras, no se puede pedir más...por aquí me quedo, pasa buena tarde, besos azules..
ResponderEliminarHola Don Vito, gracias por tus palabras y por leerme, espero que disfrutes del fin de semana. Un beso
EliminarHola Emma, encontrarte ha sido un placer, leerte es algo que raya lo divino..
ResponderEliminarGracias siempre a ti,pasa buena noche, besos de agua..
escribis lindo me gusta
ResponderEliminarMuchas gracias Recomenzar :-)
EliminarEmma una gozada leerte.
ResponderEliminarGracias por visitar mi blog.
Un beso.